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Yojan Pazu es un joven indígena nasa de 29 años. Habitante de la vereda La Esperanza, del resguardo de Jambaló del plan de vida proyecto Global. Actualmente cuenta con estudios técnicos en sistemas, administración de empresas, artes ancestrales y educación física. Menciona que el acceso a la educación superior fue especialmente difícil, ya que las universidades públicas se ubican en las grandes ciudades, pero a pesar de esto, logró realizar varios estudios que son motivo de satisfacción para él.
Inició su recorrido por el camino del liderazgo cuando era aún un adolescente, y resalta que la Institución Educativa Marden Arnulfo Betancur – INEMAB despertó su espíritu de liderazgo, “el colegio INEMAB tiene un enfoque comunitario, lo cual me permitió fortalecer mi liderazgo, en el colegio se han formado buenos líderes”. Es así como en el 2011 se vinculó al movimiento juvenil Álvaro Ulcue Chocué, al cual actualmente pertenece. En el 2018 asumió la coordinación del programa de jóvenes del Resguardo de Jambaló, y luego, en el 2020, las autoridades ancestrales lo avalaron por dos años más, terminando así su periodo en junio de 2023. Menciona que el Programa de Jóvenes de Jambaló comienza a hacer incidencia en 1987 como respuesta de resistencia del pueblo nasa de Jambaló ante las problemáticas presentadas en el territorio tales como masacres, violencia sociopolítica, violencia intrafamiliar, homicidios, terraje y división política, entre otras. Yojan hace hincapié en que estas desarmonías afectaron a toda la comunidad, especialmente a los jóvenes, “Se presentaban muchas problemáticas en la juventud como temas de alcoholismo, violencia familiar, violencia del conflicto armado y deserción escolar, estas situaciones impulsaron la creación del programa de jóvenes a nivel local, zonal y regional”. De esta manera identifica a nivel local riesgos adicionales como el reclutamiento de jóvenes, siembra de cultivos de uso ilícito, consumo de sustancias psicoactivas, entre otras desarmonías.
Durante el tiempo que Yojan coordinó el programa de jóvenes desplegó diversas estrategias artístico-culturales orientadas al cuidado de la armonía territorial y conservación de la memoria colectiva, “En los años que estuve de coordinador, realicé en el territorio dos mingas de muralismo, los murales que usted ve en el territorio lo hicimos nosotros, porque los murales son historias contadas que representan significados del lugar”. Describe la pintura como un proceso de reivindicación y conexión espiritual y emocional consigo mismo y con la historia de sus antepasados, “la pintura nos permite expresar libremente lo que no podemos hacer”.
Además de esto, ha liderado proyectos lúdico-recreativos de gran impacto social en niños, niñas, adolescentes y jóvenes de su comunidad, como el torneo navideño de fútbol de salón que se convirtió en una tradición para la comunidad, y la creación del grupo artístico “Estrellas de Esperanza”, ahora con otro nombre. Yojan reconoce que su liderazgo ha sido complejo, ha tenido que enfrentarse a situaciones que en su momento lo han hecho repensar su proceso de liderazgo, pues ha sufrido amenazas indirectas por parte de grupos armados que se oponen al proceso organizativo de la comunidad.
El programa de jóvenes espera que, en el futuro, las y los jóvenes participantes del proyecto Mae Kiwe Intercultural tengan claridades políticas organizativas. Confía en que el proyecto fortalezca el trabajo que vienen desarrollando desde 1987, “tener jóvenes guiadores y conscientes de su plan de vida con una autonomía espiritual y comunitaria soñadores, críticos, analíticos y propositivos, pensadores y hacedores de sus propios sueños”.
Con el apoyo de Vanessa Noscue, oficial de protección y género de War Child en Cauca.
Fotos por Julieth Pachecho y Hugo Rincón.
Sobre el proyecto
El proyecto "Mae Kiwe Intercultural: construyendo puentes y fomentando el aprendizaje interseccional para impulsar la participación política y de consolidación de la paz segura y significativa de las mujeres y hombres jóvenes afrodescendientes e indígenas en Colombia" es financiado por el Fondo para la Consolidación de la Paz del Secretario General de las Naciones Unidas (PBF por sus siglas en inglés) y su objetivo es forjar y fortalecer un entorno social y político protector en el que los jóvenes de las comunidades afrodescendientes e indígenas, especialmente las mujeres jóvenes, participen e influyan en los procesos de paz y toma de decisiones junto con y en cooperación con las instituciones gubernamentales locales y regionales, y estén protegidos contra los graves riesgos y violaciones asociados con la participación cívica y la incidencia.