Según el informe A Future Stolen (2018): Young and out-of-school de la Agencia de las Naciones Unidas para la Infancia “más de 104 millones de niños y de jóvenes –1 de cada 3– no van a la escuela en los países afectados por guerras o desastres naturales” y en Colombia, el informe del Cetro Nacional de Memoria Histórica de 2017: Una Guerra Sin Edad, da cuenta de menores de edad vinculados a los distintos grupos armados que hasta el 2016 superaba los 16.000. Dicho esto, es un imperativo que la sociedad colombiana y la comunidad internacional trabajen con y por las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, además de hacerles partícipes de espacios que permitan que el país cuente con los aportes que este importante sector de la población tiene para hacer, desde sus intereses e ideas propias de su edad, y continuar caminando como sociedad, pues los escenarios o espacios que no generan los diferentes estamentos institucionales son ocupados por los grupos armados que tristemente pareciera que tienen más clara la importancia y las capacidades de los jóvenes para sus proyectos, en este caso para sus acciones de violencia.
Por su parte, la Fundación 5ta con 5ta Crew, una organización que nace hace más de 15 años del interés y los sueños de unos adolescentes y jóvenes en un barrio popular de la frontera colombo-venezolana, en la ciudad de Cúcuta, apuesta por dar validez a la imaginación, el ingenio y la creatividad de los y las jóvenes, brindando herramientas técnicas, competencias, capacidades y saberes que permitan potenciar sus apuestas en la construcción de estos sueños y trabajar por la paz. Así mismo, El Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para la paz ha permitido y se la ha jugado por apoyar este tipo de iniciativas, creyendo en sus ideas, sus sentires y sus talentos, acompañando y apoyando técnica, pedagógica y financieramente los proyectos que se diseñan desde, con y para los jóvenes en los territorios más alejados y golpeados por la violencia armada y que históricamente han sido olvidados, poco escuchados, comprendidos y sin políticas públicas que puedan impactar significativamente su cotidianidad.
Todo este trabajo ha permitido que desde el hacer de las y los jóvenes se reconozcan sus apuestas, proyectos, liderazgos y se visibilicen los procesos que realizan; además, para la Fundación 5ta con 5ta, haber contado y seguir contacto con el Fondo Multidonante de las Naciones Unidas Para la Paz ha sido una oportunidad de potenciar su hacer, fortalecer sus capacidades y llegar a territorios que difícilmente habrían podido impactarse de no ser por su respaldo.
Y para finalizar, el Día Internacional de la Juventud es un día que además de permitir el reconocimiento de las oportunidades, particularidades y retos de este sector de la población, tan diverso como potente, posibilita la construcción de escenarios para la reflexión y el debate desde la voz de sus protagonistas y en diálogo con la sociedad y sus instituciones. También se convierte en una oportunidad para la alegría y la energía juvenil que derrocha colores, sonidos, movimientos, formas e ideas en sus escenarios cotidianos como en los institucionales en los que se irrumpe con un grito que alerta e invita a seguir avanzando como sociedad y creer y exigir que un mundo mejor es posible, y manifestando desde sus distintas expresiones que, con arte, con deporte, con educación, con cultura están y seguirán “parados en la raya, declarando la paz a la guerra”.
Comments